Los estudios de mercado revelan una escasez de estaciones de carga, y las instalaciones de carga rápida representan un porcentaje relativamente bajo en los puntos de carga públicos. Los usuarios suelen encontrarse con experiencias de carga subóptimas, lo que acentúa la creciente incongruencia entre la evolución de los vehículos eléctricos y el desarrollo insuficiente de la infraestructura de carga. La investigación de McKinsey subraya que la ubicuidad de las estaciones de carga, al igual que las gasolineras, se ha convertido en una consideración fundamental para los consumidores que contemplan la compra de un vehículo eléctrico.
Para abordar el problema de la infraestructura de carga inadecuada para vehículos eléctricos, países como China, el Reino Unido, Estados Unidos, los Países Bajos, Polonia y Tailandia han introducido leyes y planes de inversión. Además, se han implementado subsidios en varios niveles gubernamentales para impulsar el avance de la infraestructura de carga.
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